Además de la destrucción y el dolor, los ocupantes rusos dejan numerosos mensajes en las paredes de los territorios ucranianos temporalmente ocupados. Estos textos son una oportunidad única para comprender la cruel e injustificada naturaleza de la agresión rusa.
Desde abril de 2022, el equipo de la institución cultural “Mizhvukhami” (del ucraniano: entre orejas. — Ed.) recopila las inscripciones de los militares rusos en el territorio ucraniano. Realizan expediciones por el Polissia de Kyiv y Slobozhánshchyna, y también buscan materiales en fuentes abiertas. El resultado de su trabajo será el proyecto “Pruebas murales”, un archivo abierto que muestra los verdaderos significados del “mundo ruso” (estará disponible para su libre uso en marzo de 2023). Esta fotohistoria trata sobre una de esas expediciones, descrita por Roksolana Makar, miembro del equipo “Mizhvukhami”.
En las ciudades desocupadas, todo recuerda a “ellos”. Así es como los lugareños mayoritariamente llaman a los militares rusos: no “rusos”, ni “soldados”, sino “ellos”. La destrucción que causaron permanece durante meses después de la liberación de la ciudad. Durante aún más tiempo, los residentes recordarán la ocupación. Pero hay algo que desaparece de las calles a la velocidad de un rayo, ya que recuerda la dolorosa experiencia que trajeron los del “mundo ruso”: son sus inscripciones las que están en el exterior y el interior de los diversos edificios, en las vallas, carreteras o vehículos militares.
Los propagandistas de la Federación Rusa tradicionalmente culpan a las Fuerzas Armadas de Ucrania de los destrozos, y mienten a los testigos de la parte ucraniana. Pero las inscripciones de los militares rusos son una de las pruebas de que todos los crímenes cometidos son obra de sus manos. Se metieron en las ciudades y pueblos ucranianos y conscientemente destruyeron todo y a todos los que pudieron. Sus “mensajes” no pueden confundirse con nada, ya que solo podrían crecer en el terreno de la cultura rusa. Y leerlos es aterrador.
Por primera vez, el equipo de Ukraїner vio las inscripciones rusas en abril, cuando llegaron a los pueblos desocupados del Polissia de Kyiv. En todos los asentamientos, la imagen es similar: en los automóviles destruidos, en los edificios quemados, en las vallas bombardeadas con spray, se ven pintadas las letras “V” y “Z”, dos letras que se han convertido en los símbolos de esta guerra a gran escala. Las inscripciones dejadas como “Prohibido el paso a los civiles” son dolorosas, pero totalmente funcionales desde el punto de vista de los militares: según el estatuto, la zona ocupada por los soldados debe ser marcada.
Foto: Konstantin Sova y LB. “Prohibido el paso a los civiles”. “Alto disparan”.
Más tarde, tras el desminado de los territorios, empezaron a aparecer textos mucho más preocupantes. Ya no se trataba de ningún estatuto: las inscripciones abarcaban desde amenazas hasta confesiones personales. Algunas de ellas son tan elocuentes que pueden (y deben) incluirse en los procesos penales por crímenes de guerra.
Empezamos a recopilar fotos de estos textos para comprender mejor la naturaleza de la agresión rusa. Así nació el proyecto “Pruebas murales”: un archivo de inscripciones de los militares rusos que, a finales de febrero de 2023, cuenta con más de 400 elementos. Con el tiempo, empezamos a notar que todas estas fotos tienen ciertos patrones, por lo que se pueden agrupar en varias categorías clave.
Marcación del territorio
Las militares suelen marcar las zonas que ocupan durante las hostilidades: sede militar, cuartel, almacén, etc. Pero cuando se trata de un asentamiento ocupado, la sede a menudo se establece en la casa de alguien, y el cuartel, en un colegio. Las tropas rusas no se limitan a marcar el territorio, sino que lo redefinen por completo. En el lugar donde había una oficina de correos, los ocupantes almacenaban cadáveres: en la pared con letras en negrita está escrito “morgue”. En la comisaría instalaron una cámara de tortura: así se puede concluir de la inscripción “Es mejor decir poco, pero bien”. Y también de las oraciones y los calendarios que los ucranianos cautivos grabaron en las paredes. Lo que estaba completamente fuera del alcance del estatuto militar fue la banya instalada en una oficina de servicios funerarios. Aquí hay una burzhuika cubierta de lápidas, ollas robadas, un haz de leña de abedul y una orgullosa inscripción: “La banya es tradición de los rusos”. Por cierto, tras el comienzo de la invasión a gran escala, los ucranianos no solo boicotearon todo lo ruso, sino que también se deshicieron de la palabra “ruso” en cualquier contexto en que solían utilizarla antes. Después de todo, las “montañas rusas”, la “banya rusa” o la “ruleta rusa” han adquirido unos significados completamente distintos.
Burzhuika
Pequeña estufa metálica portátil para calentar espacios y cocinar.Foto: Sashko Brynza para MediaPort. “¡El baskir, el chuvasio y el tártaro han estado aquí!”.
Foto: ProSLAV. “Vuestra casa es nuestra casa”.
Foto: rivne.media y Denys Kazansky. “Aquí estuvo el soldado ruso. Gracias por la casa”. “Morgue. Morgue”.
Foto: LB. “La banya es tradición de los rusos”.
Foto: Nick Tymchenko para Rubryka. “Es mejor decir poco, pero bien”.
Lemas y citas
“Que se ahogue en su propia sangre aquel, que dude de nuestro amor por la paz. ¡Porque nuestra misericordia será despiadada!” La cita de la novela de fantasía rusa de tercera categoría “Maldita suerte”, de Elena Petrova, que dejaron los soldados rusos (probablemente del grupo Wagner) en el pueblo de Polubotki en Sívershchyna, es solo una de las muchas inscripciones que demuestran: los militares rusos saben muy bien dónde están y lo que están haciendo. Los soldados de la Federación Rusa dejaron textos insultantes y agresivos en casi todas las partes que estuvieron. La socióloga de la Universidad Nacional Tarás Shevchenko de Kyiv, Anna Samchuk, considera que en la cultura rusa, donde tradicionalmente una persona domina sobre otra, principalmente el miedo dirige al individuo, por lo tanto, tales inscripciones son un intento de establecer el dominio sobre los demás en el contexto de una profunda inseguridad.
diapositivas
Foto: Pavlo Bishko para Zaborona. “Muerte a Bandera”
Foto: Defense of Ukraine, Twitter. “Necesitamos el mundo, preferiblemente entero”.
Foto: Defense of Ukraine, Twitter. “No se considera crimen de guerra si fue divertido”. “Con una sonrisa alegre quemaré pueblos ajenos”.
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Transmisión de propaganda
En los primeros meses de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, muchos compararon la guerra ruso-ucraniana con la Segunda Guerra Mundial. Las inscripciones de los militares rusos en los territorios desocupados evidencian que todavía siguen creyendo en el culto de la “Gran Guerra Patria”, continuando la “gesta de los soldados soviéticos”. Los símbolos soviéticos y la evocación de los años de la “Gran Patria” no son inusuales en los territorios liberados. Los ecos de la actual retórica de la propaganda rusa son todavía más fuertes. “¡Ucrania! ¿Para qué necesitáis la OTAN?”, pregunta el ocupante en Bucha. En Borodyanka otro soldado ruso escribió en una pizarra escolar: “Ucrania es el pueblo hermano de Rusia y lo protegeremos del fascismo y de los malditos “banderistas” ucranianos”. Sin embargo, la alternativa y “protección” de los rusos es la destrucción, el caos y la muerte.
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Foto: Policía Nacional de Ucrania.
Foto: NizhynNEWS. “Ucrania es el pueblo hermano de Rusia y lo protegeremos del fascismo y de los malditos “banderistas” ucranianos P.S. Gente amable”.
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Evasión de responsabilidad
Leyendo algunas de las inscripciones, uno podría pensar por un momento que los militares rusos no son tan mala gente. En algunas inscripciones, se disculpan y afirman que no tuvieron elección. Como si los hubieran obligado a atacar Ucrania y no hubieran podido hacer nada al respecto. Sin embargo, ninguna de estas disculpas parece sincera a la luz de la destrucción y el dolor. Un claro ejemplo es el colegio en Katyuzhanka, donde vivieron los militares rusos durante la ocupación. En la pizarra dejaron una instrucción “de corazón” dirigido a los niños, mientras que alrededor solo quedaron la ruina total y los escombros. El colegio fue saqueado hasta la última lámpara. Y en el patio está enterrada una familia a la que los rusos dispararon a quemarropa desde un tanque.
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En el contexto de la ocupación, las “disculpas” de los militares rusos son una forma de eludir responsabilidades. Es una evidencia fundamental de la falta de subjetividad de los rusos, que no pueden tomar decisiones por su cuenta y viven según el principio de la fuerza. Por eso escriben que “nos obligaron” y culpan a todos excepto a sí mismos.
La mayoría de las inscripciones de este artículo ya no existen. Quisiéramos “curarlas” como si fueran horrendas cicatrices en el cuerpo de las ciudades ucranianas. Borrarlas, taparlas y olvidarlas lo antes posible.
Incluso trabajar con los textos de los militares rusos es como escarbar en un montón de estiércol. ¿Y qué decir de los sentimientos de aquellos que encontraron tales inscripciones en sus propias casas?
Por eso es tan importante registrar esta suciedad antes de limpiarla. Después de todo, cada palabra escrita por los soldados rusos en los muros ucranianos testificará en su contra en el Tribunal Internacional.
El archivo del proyecto “Pruebas murales” estará disponible para su libre uso en marzo de 2023.