Mapas online de las destrucciones, manuales para la reconstrucción de las ciudades, programas de rehabilitación para los militares y acuerdos con los países socios para restaurar la infraestructura: Ucrania está lista para ser aún mejor de lo que era antes de la invasión a gran escala. Los ucranianos ya están trabajando en ello, sin posponerlo para “después de la victoria”.
Hablamos de las diversas oportunidades y desafíos de la reconstrucción de Ucrania tras la guerra y consideramos la experiencia de otros países que vivieron una guerra.
Documentar las consecuencias de la guerra
Desde hace más de medio año, el ejército ruso destruye diariamente la infraestructura militar y civil. Al 22 de agosto de 2022, los expertos estimaron los daños directos de la destrucción en más de 110 mil millones de dólares (~ 2,9 billones de grivnas). Y en septiembre, el Ministerio de Protección Ambiental y Recursos Naturales de Ucrania anunció alrededor de 1 billón de grivnas en daños ambientales. Las pérdidas totales de Ucrania relacionadas con la destrucción de la infraestructura y la pérdida del potencial económico ascienden a 4 mil millones de dólares diarios.
Según la Escuela de Economía de Kyiv, unas 860 mil familias han perdido sus hogares desde el inicio de la invasión a gran escala. Más de 40 millones de m² de viviendas han sido destruidos o dañados, decenas de instituciones médicas y educativas, centros comerciales y depósitos de petróleo, miles de metros de carreteras y vías férreas también se vieron afectados. Además de los daños directos, también hay pérdidas colaterales asociadas a la destrucción: disminución del PIB, salida de inversiones y mano de obra, disminución del atractivo turístico del país, etc.
Varias iniciativas ucranianas y extranjeras registran los daños causados por los ocupantes mediante mapas online especialmente desarrollados. Así, el mundo entero ve los crímenes diarios de los ocupantes rusos, por lo que esta vez Rusia no podrá salirse con la suya con frases como “aquí no hemos estado”.
Una serie de iniciativas permiten registrar inmediatamente los daños causados. Por ejemplo, la plataforma “Rusia pagará” se creó para documentar las destrucciones en Ucrania. En ella se puede informar de los daños, adjuntando pruebas foto- o videográficas de los mismos. También se puede enviar información sobre los bienes dañados mediante la aplicación digital “Diya”. En el futuro, este tipo de iniciativas pueden ayudar a llevar a los delincuentes ante la justicia y a recibir indemnizaciones.
Ayuda del mundo entero
Con el comienzo de la invasión a gran escala, varios países (como Canadá, Estados Unidos, Australia, Reino Unido y otros) han congelado los activos extranjeros de los bancos, oligarcas y empresas rusas que apoyan y/o financian las actividades del régimen del Kremlin. El importe total asciende a cerca de 1 billón de dólares, de los cuales unos 300 mil millones corresponden a los activos del Banco Central de Rusia. El importe aumentará en el futuro, en particular debido a la venta de los bienes extranjeros sancionados de Rusia. Está previsto que estos fondos se utilicen para la restauración de Ucrania.
En las redes sociales, los ucranianos hablan periódicamente de las perspectivas de reconstrucción de los municipios tras la guerra. Las observaciones de estos posts muestran que en la sociedad, además de la firme determinación de restaurar las infraestructuras de las ciudades y los pueblos, existe un claro deseo de hacerlas aún mejores de lo que eran antes de la gran guerra. Sin embargo, también hay muchas preocupaciones. Por ejemplo, que tras el fin de las hostilidades, Ucrania se quede sin apoyo financiero y, por lo tanto, no pueda iniciar una recuperación total. Pero este temor se está disipando poco a poco, porque incluso en los primeros meses de la invasión a gran escala, los gobiernos de varios países anunciaron sus planes de contribuir a la reconstrucción de Ucrania, aportando fondos o el apoyo de especialistas.
En el quinto mes, desde el comienzo de la gran guerra, el gobierno de Estonia anunció su posible participación en la reconstrucción de 15 objetos de la infraestructura civil en Zhytómyr y asentamientos cercanos. En particular, se ha iniciado la construcción de una guardería destruida en la ciudad de Óvruch.
Se están llevando a cabo negociaciones sobre la participación de Dinamarca en la reconstrucción de Mykoláyiv y los asentamientos cercanos: se trata de la restauración de objetos específicos y el suministro de equipos de construcción.
El 17 de junio, en la cumbre británico-ucraniana de Londres, se firmó un memorando sobre la disposición del Reino Unido a participar en la reconstrucción de Kyiv. Y el 25 de agosto, los ministros de transporte de ambos países firmaron un plan de acción conjunto para la reconstrucción de la red de transporte de Ucrania. En él se prevé asistencia financiera y de expertos para la restauración de ferrocarriles, puertos y aeropuertos. Además, el Reino Unido proporcionará a Ucrania varios autobuses y equipos para la reparación de rutas de importancia estratégica para la exportación de cereales. El importe total de la ayuda será de casi 4 mil millones de libras (unos 170 mil millones de grivnas). Asimismo, los gobiernos de Polonia, la República Checa, Italia, Grecia, Japón y otros países han expresado su deseo de ayudar en la restauración de ciertas ciudades.
Al mismo tiempo, el 15 de junio, el Presidente de Ucrania firmó un decreto sobre la creación del Consejo Nacional para la Restauración de Ucrania de las Consecuencias de la Guerra. Los equipos de arquitectos ucranianos tampoco se quedan al margen. Por ejemplo, el estudio de arquitectura AIMMenergy lanzó una plataforma online para encontrar soluciones para la restauración de edificios destruidos. En ella se publican opciones para la construcción y reconstrucción de edificios utilizando las últimas tecnologías de eficiencia energética y construcción ecológica, así como se recopilan materiales sobre diversos proyectos de reconstrucción de Ucrania tras la guerra.
Algunas organizaciones ucranianas ya están trabajando en propuestas para la reconstrucción de edificios concretos. Por ejemplo, la empresa Loft Biuro ha propuesto varias opciones para restaurar de la Administración Estatal Regional de Mykoláyiv, destruida por las tropas rusas a finales de marzo de 2022. También se creó un grupo de trabajo especial que, junto con la Cámara de Arquitectos de la Unión Nacional de Arquitectos de Ucrania, elaborará nuevas normas para la construcción de viviendas, teniendo en cuenta la experiencia de la gran guerra. Al mismo tiempo, los urbanistas crean guías sobre la reconstrucción de las ciudades.
Todo esto convence de que “hagámoslo después de la victoria” no es el guion ucraniano. Los ucranianos están haciendo todo lo posible en este momento. En particular, varias iniciativas estatales y de voluntarios han reparado o continúan la restauración y construcción de los edificios dañados por los ocupantes. Estamos hablando, entre otras cosas, de casas modulares que se convertirán en un refugio temporal para aquellos que perdieron sus hogares debido a la guerra a gran escala.
¿Por qué es importante para Ucrania la experiencia europea de posguerra?
Algunos países, como Polonia, Alemania y los Países Bajos, experimentaron el llamado crecimiento postraumático tras el final de las guerras, cuando consiguieron no sólo superar las dificultades existentes, sino también superar los indicadores de calidad de vida de antes de la guerra. Su experiencia del desarrollo posbélico puede ayudar a Ucrania a restaurar rápidamente sus infraestructuras y volver a la vida normal.
Es importante destacar que la experiencia de la reconstrucción de posguerra en los países europeos no siempre fue exitosa. Sin embargo, es el análisis de los errores del pasado lo que ayudará a los ucranianos a evitar los suyos, teniendo en cuenta todos los riesgos posibles. Por ejemplo, en Bosnia-Herzegovina, tras el final de la guerra de Bosnia (1992–1995), no hubo un crecimiento económico significativo, a pesar de la ayuda financiera y de diversos recursos de otros países que pretendían ayudar al país a integrarse en Europa en el futuro. Entre los errores de aquella época estaban la falta de una estrategia de desarrollo común, la ausencia de un centro único que coordinara los programas de reconstrucción, la duplicación de esfuerzos de diversas organizaciones, el uso inadecuado de los fondos, el escaso potencial de gestión de las autoridades, etc.