Oposición de Zaporiyia: evacuación de personas, peligros y alegrías del “voluntariado”

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Zaporiyia es una gran ciudad ucraniana que los ocupantes continúan bombardeando. Según las palabras de los portavoces de las Fuerzas de Defensa regionales, los militares rusos tienen una posibilidad mísera de abrirse paso en dirección a Zaporiyia. Probablemente por eso el enemigo se empeña en molestar a los ucranianos con ataques constantes, esperando desmoralizar la población local. Sin embargo, los ocupantes no conseguirán someter a Zaporiyia, endurecida por la historia cosaca y el espíritu trabajador de uno de los centros industriales más grandes de Ucrania.

La guerra a gran escala ha unido a los habitantes de Zaporiyia como nunca. Ya hemos contado antes cómo han desarrollado el frente cultural e informativo o cómo han puesto su vida habitual en pausa y se alistaron a las Fuerzas Armadas de Ucrania para defender su tierra natal. En este material, compartimos la historia de los que se pusieron a ayudar a los habitantes de otras ciudades, que el ejército de la Federación Rusa quería destruir.

Con el comienzo de la guerra a gran escala, el presentador de televisión y DJ Denis Minin, junto a otros voluntarios, organizó la evacuación de personas de Mariúpol y Zaporiyia. Hasta mediados de febrero de 2023, su equipo sacó más de 5 mil personas y cerca de 530 animales a las regiones relativamente seguras de Ucrania. Ahora Denis ayuda a los ucranianos a salir de Zaporiyia a Cherkasy y Kyiv. En octubre de 2022, un misil ruso destruyó su almacén en Zaporiyia, pero el equipo sigue buscando oportunidades para salvar el mayor número de personas posible. Cada vez es más difícil viajar al territorio ocupado, por lo que los voluntarios ceden parte de sus recursos a la fundación benéfica Single Goal, que evacúa a los ucranianos de las poblaciones liberadas de Slobozhánshchyna y la parte izquierda de Táurica. Cada viaje de los voluntarios es un riesgo para el equipo de Denis, pero aun así no se detienen y continúan ayudando a los demás.

Denis. Evacuación de las personas de Mariúpol

El ataque a gran escala de Rusia pilló a Denis en Kyiv, donde él trabajaba en aquel entonces. Al periodista le ofrecieron formar parte del telemaratón de noticias, pero lo renunció — decidió ir a Odesa y llevarse a su mujer y a su hija pequeña al extranjero. Una vez conseguido, no le quedaba tiempo para el maratón. Denis comprendió que le necesitaban en otra parte: en su natal Mariúpol, de donde quería sacar a sus padres.

Telemaratón
Emisión televisiva continua de varias horas o varios días con fines benéficos, políticos o de otro tipo. El telemaratón informativo ucraniano United News comenzó su retransmisión el 26 de febrero de 2022 para una cobertura operativa de las noticias y prevención de la propaganda rusa.

Desde el comienzo, cuando existía la oportunidad de entrar a Mariúpol, Denis buscaba información en diversos canales de Telegram. Allí podías enterarte de la situación en los barrios, la cantidad de personas en los edificios, entre otras cosas. También estuvo buscando la casa de sus padres en diferentes vídeos que había disponibles: ampliaba la imagen y calculaba dónde caía el “golpe”. Tenía la esperanza de que si la casa estuviera íntegra, los padres estarían vivos y salvos.

Al principio, el periodista solicitaba la evacuación, pero más tarde decidió buscar por su cuenta la oportunidad de rescatar a sus familiares. Empezó buscando transporte en Zaporiyia. El que más le ayudó fue el canal de Telegram “A Mariúpol de Zaporiyia”. Más adelante, Denis empezó a escribir allí para ayudar a otros a salir de la ciudad. Dice que había dos formas de evacuar a la gente de Mariúpol. La primera, en coche propio, en un convoy organizado por otros voluntarios, y la segunda, en un coche de alguno de los voluntarios, cuando este iba a la población necesaria.

— Actualicé las rutas que existían, cuáles eran seguras. Advertía de cómo comportarse durante los bombardeos. Todo eso lo acordábamos con la administración militar de Zaporiyia para que los coches pasarán por los puestos de control lo más rápido posible.

Denis intentaba compartir la información útil, y la gente empezó a preguntar el número de su tarjeta bancaria para ayudar de alguna manera. Decían que querían transferirle dinero para que el periodista pudiera comprar un coche voluntario para evacuar a la gente. Al principio, dudó en aceptar el dinero, porque era una gran responsabilidad. Pero cuando recibió 20 mil euros en su cuenta, definitivamente entendió que es una buena oportunidad de ayudar y compró cuatro minibuses, comenzando así su gran historia de evacuación:

— Una vez me escribió un chico: “Mi esposa te ha visto en Instagram. ¿Qué es lo que necesitas?”. Le respondí: “Pues estamos buscando transporte, si lo tenéis, ni siquiera necesito dinero, podéis darnos un vehículo e iremos en él”. Él dice: “Que no, ¿cuánto necesitas?”. Le contesté: “150–170 mil [grivnas] de fianza por el minibús y 20 mil [grivnas] al mes por el uso”. Y me lo ingresó a la tarjeta.

Al inicio de esta misión de voluntariado, a Denis le ofrecían diferentes cantidades de dinero para que sacara a personas de Mariúpol:

— Me decían: “Saca a mi madre, y te transferiré 10 mil dólares. Estoy ahora en Israel, esta es mi cuenta bancaria”. Yo dije: “No hace falta, no puedo prometer que sacaré a tu madre”. O decían: “Yo te ayudaré con una donación, pero saca a mi familiar”. Yo inmediatamente decía: “No, no puedo aceptar tu dinero y prometerte que seguro sacaremos a tu familiar”.

Denis considera que en esta situación no puede haber garantías, ya que cada viaje, por muy irónico que suene, se parece a una ruleta rusa. Durante dichos viajes de rescate, los militares rusos les quitaron seis autobuses por un valor de más de 30 mil dólares. Una vez, acusaron a su conductora de sabotaje porque, por lo que sea, les resultó sospechoso el permiso de circulación a su nombre. Hubo casos más desagradables, como cuando los ocupantes detuvieron a uno de los conductores en el pueblo de Nikolske.

Para el viaje en sí también hay que prepararse minuciosamente: comprobar el estado técnico del vehículo, elegir un conductor, instruirle, preparar los documentos, cargar el vehículo con ayuda humanitaria, gestionar el repostaje, acordar la ruta y solo entonces comenzar el viaje.

Equipo de voluntarios

Diferentes personas se ofrecen voluntarias para ser conductores de evacuación: por ejemplo, uno de los hombres, antes había luchado en el aeropuerto de Donetsk y realmente quería ayudar porque sabía que podía hacerlo. Otra conductora “simplemente pasaba demasiado tiempo en casa y quería hacer lo que sea”. Hay hombres que, después de haber ido una vez y ver cuántos niños y mujeres les esperan, decidieron que no pueden abandonarlo.

Hostilidades en el territorio del aeropuerto de Donetsk
Duraron desde septiembre de 2014 hasta el 23 de enero de 2015. Fue uno de los enfrentamientos militares más feroces en el este de Ucrania. La batalla por este aeropuerto se convirtió en un símbolo de la invencibilidad de los militares ucranianos y se les comenzó a llamar “cíborgs” a los defensores de los terminales, que mantuvieron heroicamente la defensa durante 242 días.

Mientras los conductores están en el territorio controlado por Ucrania, Denis se mantiene en contacto con ellos porque todavía funciona la red ucraniana. Luego la cosa se complica, ya que los ocupantes “bloquean” la red en los territorios temporalmente ocupados y prefronterizos. Por ello, el equipo voluntario de Denis está obligado a usar una tarjeta SIM del operador ruso de telefonía móvil Fenix para 3–4 vehículos y la aplicación Yolla para no perder el contacto.

Yolla
Aplicación móvil para hacer llamadas telefónicas a través del wifi. A pesar de que los habitantes de Mariúpol, actualmente aislados de la cobertura de la red ucraniana, están obligados a utilizarla para mantenerse en contacto con sus familiares de alguna manera, los expertos advierten contra ello, ya que los ocupantes recopilan así datos personales de los usuarios.
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Junto con Denis, Sashko de Zaporiyia, evacúa a la gente. Él es de la región, sabe conducir buses y se maneja bien en las cuestiones técnicas. Denis dice que, después del comienzo de la guerra a gran escala, el joven cambió su vida por completo: sus padres le pidieron que ayudara en el negocio familiar, pero él, en cambio, es voluntario, ya que cree que “hay que hacer algo, hay que sacar a la gente de allí de alguna manera”.

Al principio, Sashko mismo llevaba a civiles desde Kamianske y Vasylivka, ambos pueblos ubicados a un poco más de 90 km de Zaporiyia. Y luego desde Mariúpol, donde aún había combates activos, por lo que nadie quería ir allí. Más tarde, conoció a Denis y comenzó su historia común de la evacuación de ucranianos de los territorios ocupados. Sashko dice que trabajar con Denis es fácil porque este acaba de empezar a ser voluntario y tiene mucho entusiasmo y ganas de ayudar. Los chicos ya tienen varios autobuses y planean las evacuaciones. Sashko cuenta que uno de los autobuses se lo regalaron para evacuar a una persona en concreto. El mismo estuvo al volante, ya que por aquel entonces no había suficientes conductores.

— Mi motivación es simple. ¿Y si estuviera en el lugar de esas personas? Hay que evacuarlas de alguna manera. No todas tienen dinero para ello, aunque a veces no te sacan ni con dinero. Muchos simplemente no tienen nada: sus familiares murieron, su casa se quemó, sus documentos… todo. Hay que llevarse a esas personas de alguna manera para que puedan vivir con normalidad.

Sashko cuenta que ya vio Mariúpol en un estado terrible. Ya no quedaba nada, excepto los humeantes restos de los edificios. Una vez, el chico se encontró con una vecina en la carretera: llevaba un carrito de supermercado donde tenía todas sus pertenencias. La mujer le contó que llevaba una semana viviendo con su madre ciega y una amiga en el sótano, y ahora quieren salir de la ciudad hacia el pueblo de Rozivka. Sashko las llevó hasta allí.

— Es difícil de describir. Es como una película de terror, como un videojuego. Las personas [en Mariúpol] andaban todas pálidas y exhaustas. Había automóviles quemados por todas partes… Es muy aterrador.

Sashko recuerda su memorable viaje al pueblo Urzuf, cuando se enteró de que había unos 30 niños de Mariúpol en un sanatorio. Los voluntarios locales los habían sacado sin ningún tipo de documentos de un orfanato destruido. Pero en lo que tardó en llegar, esos niños ya habían sido trasladados a la supuesta República Popular de Donetsk. No obstante, encontró allí a otros habitantes que necesitaban ser evacuados.

— Allí hacía mucho frío, los hombres y las mujeres vivían en la misma habitación. Dormían en el suelo, en tablas de madera, y construyeron una especie de literas. Había una estufa en una esquina. Todo eso era terrible, pero aún así mejor que en Mariúpol. Por la mañana, algunos quisieron irse conmigo, pero otros decidieron quedarse.

Sashko dice que la mayoría de los habitantes locales tenían su propio medio de transporte en aquel momento, podían haberse marchado por su cuenta, pero pensaban que era inútil porque había combates activos en todas partes.

También en su momento al equipo de voluntarios se unió un viejo amigo de Denis, Serhii, que iba a ir a rescatar a su madre:

— Planeaba ir en bicicleta [a Mariúpol]. Pues, desde mi experiencia personal, le dije que esa idea podría no ser muy buena. “Venga, si quieres, únete a nosotros, — le dije. — Si podemos, rescataremos a tu madre, haremos todo lo posible, y tú puedes ser útil aquí”. Por cierto, rescatamos a la madre.

Además, desde el verano, Serhii se puso a coordinar el área humanitaria, encargándose de las necesidades de las comunidades de la “zona gris” de Podniprovia y Zaporiyia, como de Stepnogirsk y Huliaypilsk. Ayudan con medicamentos, ropa y alimentos.

Los hombres comparten las normas de los voluntarios, que ayudan a evacuar a la gente de los territorios ocupados. Dicen que la principal tarea es ser lo más apolítico posible mientras estés allí.

— Puedes ser un verdadero patriota aquí. Y eso está muy bien. Pero ¿qué sentido tiene, de qué sirve un patriota muerto? Quiero decir, en teoría, no ayudarás a nadie, sólo perderás tu vida. Bueno y jugar a la amistad tampoco hace falta.

Natalia. Volver a casa

Natalia es del pueblo de Shotivka, situado en la orilla izquierda de Táurica. Llegó a Zaporiyia gracias al equipo de voluntarios de Denis, que la evacuó, la llevó a una iglesia y la apuntó en lista de espera para un albergue.

— Estoy agradecida a estas personas, tenemos gente muy buena. Y los que viajan, y los que transportan, y los que reciben. Es una alegría y dan ganas de llorar de que tenemos a estas personas. Queremos ayudar a muchos más.

La mujer dice que los militares rusos se comportan como si estuvieran en casa y se indignan cuando los lugareños no los reciben alegremente. Pero, por desgracia, existen y otros.

— Hay [ucranianos] que les dan la mano (a los ocupantes. — Ed.). No sé dónde van a esconderse después. O huir, no lo sé. Y los rusos dicen que nos están liberando. Aunque están quitando a los granjeros el grano, las cosechas y todo el equipamiento. Da mucho miedo.

Natalia cuenta que conoce casos en los que los militares rusos secuestraban a personas en su pueblo. Por ejemplo, a un ex defensor que sirvió en la Operación Antiterrorista y resultó herido. Su mujer tenía miedo de ir a buscarlo, pero su madre lo hizo y consiguió traerlo de vuelta, con cortes y golpes.

Operación Antiterrorista
Operación antiterrorista en el este de Ucrania, iniciada en 2014. Desde 2018 se ha transformado en la Operación de las Fuerzas Conjuntas.

En cuanto sí misma, la mujer está segura de que va a volver a casa:

— Estoy al 100% segura. No cabe duda. Volveremos obligatoriamente. No necesitamos a esos “dueños”.

Historias así hay muchas. Denis en su página de Instagram compartió la historia sobre Yegor, un niño de nueve años de Mariúpol, que describía en un diario sus sensaciones durante la ocupación de su ciudad natal. El equipo de Denis sacó al chico y a su familia (hermana, madre y abuela) a Zaporiyia. Junto con los voluntarios, vivieron un duro viaje desde Mariúpol, obligados a pasar cuatro días en los puestos de control rusos. Yegor dice que no quiere volver a su ciudad natal porque allí están enterrados sus perros favoritos y su abuelo, que fue enterrado cerca del portal de su casa.

— Mi abuelo murió. Yo tengo una herida en la espalda con la piel arrancada. Mi hermana tiene la cabeza rota y mamá tiene la carne arrancada en el brazo y un agujero en la pierna, — escribió Yegor en su diario.

Sobre la victoria y los planes futuros

Sashko cree que la verdadera victoria de Ucrania en la guerra es la devolución de todos los territorios, el pago de las reparaciones, la restauración de las ciudades y pueblos y, lo más importante, la salida de todos los ciudadanos que apoyan a Rusia.

— Yo creo que cuando esa gente se vaya a Rusia a construir ahí su nuevo mundo, cuando los militares rusos abandonen nuestros territorios, cuando no quede ni una sola mina en nuestra tierra, cuando todas nuestros edificios y ciudades estén restaurados, cuando todo el dinero esté pagado (reparaciones. — Ed.), entonces será la verdadera victoria.

Mientras que Denis considera que la victoria no solo es la liberación de los territorios ucranianos de los ocupantes, sino también el retorno de los ucranianos del extranjero.

— Tenemos que recuperar a la gente que se fue. Entre ellos hay mucha gente joven y talentosa. ¡Y es nuestra gente! En cambio, entre tanto ajetreo, recibes una notificación de que la persona ha cambiado de número. Lo miras y ves el código de Polonia, Canadá o Alemania…

Denis cree que la principal característica de los ucranianos es su capacidad para unirse. Incluso a distintos niveles: alguien ha ido a luchar, alguien a hacer voluntariado, alguien a ganar dinero y hacer donaciones, alguien simplemente cuida de sus cercanos.

— Todo tiene su fuerza, su motivación, su tiempo. Si no podéis ahora — guay, descansad. Tomaros un descanso, cuidad de vuestra familia, amigos, buscad un trabajo, haced algo. Lo importante es que os sintáis bien, recordad que somos y seremos un país de personas felices.

A mediados de marzo de 2023, Denis contó que de momento su equipo no podía seguir evacuando a gente de Mariúpol porque los ocupantes cerraron el único puesto de control que había en la ciudad de Vasylivka. Ese puesto de control, situado a unos 200 km de Mariúpol, era estratégicamente importante porque a través de él salían los habitantes de todas las regiones ocupadas. Sin embargo, junto con la ONG Single Goal, están sacando a la gente de Slobozhánshchyna y de las afueras de Jersón.

El hombre añade que ni ahora ni después de la victoria, su equipo piensa abandonar el voluntariado, porque ya tienen planes sobre qué hacer ahora y en el futuro. Digamos que durante el invierno y principios de la primavera de 2023, ayudaron con ropa a más de 3 mil personas en Naddnipriánshchyna.

También el equipo de Denis colabora con la fundación benéfica de Serhiy Prytula, gracias a lo que la comunidad del pueblo de Komyshuvaja tiene generadores. Denis concluye que ahora los ucranianos se ayudan entre sí quién puede y como puede. Se alegra de que sus amigos tampoco se quedan al margen; por ejemplo, su amigo Serhiy Mykhailov también ayuda activamente a suministrar ayuda humanitaria a los habitantes del pueblo Prymorske, situado a poco más de 30 km de Zaporiyia.

— Los planes son los siguientes: ser útiles y eficaces. Queremos ayudar sistemáticamente a las poblaciones cercanas de la línea del frente con materiales de construcción, film plástico [para las ventanas] y medicamentos.

El material ha sido preparado por

Fundador de Ukraїner:

Bogdán Logvynenko

Autora:

Daryna Kyrychok

Jefa de redacción en ucraniano:

Anna Yabluchna

Editorial:

Tetiana Trosnikova

Editor de fotos,

Fotos:

Yurii Stefanyak

Administradora de contenido:

Yana Rusyna

Traducción:

Samira Suleimanova

Jefa de redacción en español,

Editora:

Svitlana Kazakova

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