La OTAN, o la Organización del Tratado del Atlántico Norte, es el único sistema de seguridad colectiva en Europa verdaderamente efectivo. A la hora de que las tropas de la Federación Rusa han invadido Ucrania y su gobierno niega el derecho a la autoexistencia, la admisión en la OTAN es un asunto clave para preservar la independencia e integridad territorial de Ucrania.
La OTAN fue creada en 1949 durante la Guerra Fría como respuesta al establecimiento de gobiernos marionetas pro soviéticos en Europa Oriental. En realidad se trataba de la protección de las democracias europeas tras la guerra de expansión de Stalin. Los países fundadores de la OTAN son Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Islandia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Noruega, Portugal, Reino Unido y EEUU. A día de hoy la OTAN está formada por 30 países.
La OTAN es una alianza defensiva, preparada para proteger a sus miembros de la posible agresión exterior. La clave es el artículo 5 del Tratado de Washington, que describe el principio de la defensa colectiva: ataque contra un país miembro de la Organización es considerado un ataque contra todos. Así que la amenaza de usar la fuerza contra un país miembro de la OTAN baja significativamente: nadie querría desafiar a las fuerzas unidas de 30 países a la vez.
Durante décadas Ucrania no tenía la intención de entrar en la OTAN. La política ´multilateral´ durante la presidencia de Kravchuk y Kuchma era respaldada por las garantías de seguridad del Memorándum de Budapest de 1994, firmado también por Rusia. Pero los conflictos, provocados por Rusia en Transnistria, Abjasia y Osetia del Sur, demostraban, cada vez más, que para no quedarse a solas contra Rusia, Ucrania necesitaba ser miembro de la alianza defensiva.
En abril de 2008, Ucrania y Georgia obtuvieron la oportunidad para la perspectiva norte atlántica en la cumbre de OTAN de Bucarest. A pesar de la posición favorable de la administración del presidente de los EEUU, G. Bush, la decisión sobre la candidatura para ser miembro fue por entonces bloqueada por Alemania y Francia, concretamente a causa de la presión de Rusia. Cuatro meses después de la cumbre, Rusia comenzó la intervención militar en Georgia. Seis años más tarde, Rusia ha ocupado Crimea y parte del Donbás ucraniano.
Obviamente, Rusia está dispuesta a atacar solo a quienes están a solas contra ella. Es la esencia de las ´garantías de seguridad´ que Putin expuso a Ucrania, la OTAN y los EEUU: abandonar Europa Oriental como una contribución a Rusia.
A pesar de las promesas del Ministerio de Defensa ruso de no disparar contra civiles, ya hay más de 2 mil ucranianos civiles muertos a causa de armas y bombardeos rusos. Cientos de miles se vieron obligados a dejar sus casas por razones de seguridad y supervivencia. Los bombardeos de los barrios residenciales de Járkiv, Mariúpol, Chernigiv, la destrucción de guarderías, colegios, el fuego contra la central nuclear de Zaporiya – todos estos crímenes están en las manos de los ocupantes rusos. Pero se podía haber evitado esta guerra, si Rusia amenazaba no solamente a Ucrania, sino a todos los países miembros de la alianza.
Ahora la entrada de Ucrania a la OTAN es apoyada por la mayoría de la población. Según los datos del estudio, realizado por el grupo “Rating” el 1 de marzo, esta decisión fue apoyada por 76% de los ucranianos. Es el resultado más alto durante todo el tiempo de la independencia. Además, la agresión rusa abrió los ojos también a Europa, que deja las puertas de la alianza abiertas para Ucrania y otros países.
Dejar pasar esta oportunidad histórica de entrar en la OTAN será un crimen contra millones de ucranianos, quienes luchan ahora por su independencia del ´hermano mayor´ ruso. La admisión de Ucrania a la OTAN no es simplemente garantía de seguridad, sino también una receta efectiva para la preservación de la independencia nacional.