Voces de la ocupación. Stefan. Voluntariado en Nova Kajovka y la evacuación a través de Crimea

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Voces de la ocupación es una serie de historias sobre las personas que vivieron bajo la ocupación y pudieron irse. Nuestro próximo protagonista es Stefan, quien se ofreció como voluntario en la ciudad temporalmente ocupada de Nova Kajovka, ayudando a las personas con alimentos y medicinas. Sin embargo, debido a su persecución por los militares rusos, fue evacuado de la ciudad ocupada a través de Crimea y Rusia a Georgia.

Stefan Vorontsov es periodista y activista especializado en urbanismo. Nació y fue criado en Nova Kajovka. Allí se graduó en el Liceo Técnico y Económico y entró en la Universidad Agraria de Mykolaiv, la cual abandonó después de dos años de estudio. Decidió ahorrar dinero, trabajó como cantinero, para ir a Polonia a encontrarse a sí mismo y buscar nuevas experiencias. Tras vivir tres años en otro país, recibió los papeles polacos y entró a la Universidad de Wroclaw con un presupuesto limitado. Allí obtuvo la especialidad de urbanista, estudió urbanismo, arquitectura, cartografía y ecología.

En las vacaciones de invierno, Stefan regreso a casa, donde el 24 de febrero se encontró con el comienzo de la guerra a gran escala de la Federación Rusa contra Ucrania. Así que se quedó en su ciudad natal, que estuvo temporalmente ocupada, para ayudar a los residentes locales con medicinas, alimentos y la evacuación. Pero debido a la persecución, el hombre tuvo que abandonar Nova Kajovka. Posteriormente, también trasladó a su familia.

La restauración de la antigua Nova Kajovka

En los años 50 del siglo pasado, el artista monumental Hryhoriy Dovzhenko llegó a Nova Kajovka, quien creó 80 paneles tallados únicos en las paredes de los edificios locales. Desde 2015, la ciudad comenzó a restaurar los edificios con estas “vyshyvankas de piedra” (en 2018 Ukraїner ya contó sobre esta iniciativa). La fundadora del proyecto es la arquitecta Tetyana Yevseeva. En 2019, Stefan comenzó a trabajar con la activista porque le apasionaba mucho la restauración:

— Para ser honesto, ni siquiera sabía que existían estas “vyshyvankas” (bordados. — Ed.) en la ciudad, porque en el colegio no se menciona ni una palabra al respecto. El primer colegio es muy singular, porque hay unas 15 columnas de cinco metros, que también tienen “vyshyvankas” en ellas. Y me di cuenta solo cuando comencé a dedicarme a esto.

En Polonia, Stefan vio cómo mejoran las ciudades, cómo la gente cuida el patrimonio histórico. Esto lo impulsó a participar en las restauraciones de su ciudad natal en Ucrania. Los días en que los voluntarios trabajaban en la restauración de las fachadas, a Stefan le gustaba ir a los lugares de trabajo porque allí siempre había un ambiente agradable. Él llama arteterapia a la restauración, porque mejora la apariencia de la ciudad.

En 2020, los voluntarios llevaron a cabo la mayor restauración de Nova Kajovka: una guardería. En 2 meses, quitaron la verja de hierro fundido e incluso devolvieron los balaustres que en algún momento antes estuvieron allí. Restauraron todo de la forma en que Hryhoriy Dovzhenko lo planeó y creó.

Balaustres
Columnillas con molduras que soportan barandales de escaleras, terrazas, balcones.

El comienzo de la guerra

Stefan no ha estado viviendo permanentemente en su ciudad natal durante 5 años, pero todos los años venía a Nova Kajovka durante 2 o 3 meses. Y en 2022, después de la evaluación, el estudiante llegó a casa para sus vacaciones — el 16 de febrero— y les dio una sorpresa a sus padres, pero sus familiares no estaban muy contentos con eso:

— Compre un billete y llegué el día en que el abuelo Biden (Presidente de los EE. UU. — Ed.) dijo que algo comenzaría. Volé probablemente para asegurarme un poco de que no tengo miedo. Mis padres estaban muy nerviosos, porque si algo comienza, entonces estoy en edad de conscripción. Y seremos los primeros en ser invadidos, porque estamos ubicados a 80 kilómetros de Crimea.

El 24 de febrero, todo comenzó a las 4 de la madrugada: la primera explosión despertó a toda la familia. Y ya después de la segunda, la familia se dio cuenta de que la invasión había comenzado:

— La hizo – pum! — y dio la vuelta con filtros, con filtros de la guerra. Se me encendió una cantidad infinita de adrenalina. Incluso hasta el día de hoy, vivo solo de esta adrenalina, me ofrezco como voluntario y avanzó hacia la victoria.

Todos se despertaron pero no hablaron. Durante la primera hora, nadie de la familia no dijo ni una palabra, porque aún no sabían lo que estaba pasando. No había maleta de emergencia en casa, probablemente porque no querían creer en una posible invasión, dice Stefan. A las 6 de la mañana, la familia decidió que no se iban a ir a ningún lado, porque aquí estaba su casa, su perro y su gato. El padre inmediatamente fue a buscar combustible y dinero en efectivo; ya había grandes colas desde la mañana. El primer día, la familia limpió y arregló el sótano.

— A las 8 en punto ya teníamos información de que los militares rusos habían pasado Chongar (el istmo entre Crimea y Ucrania continental. — Ed.) y avanzaban muy rápidamente. Y entendimos que estarían aquí en una hora o dos. Al salir a la calle volaban helicópteros y aviones de combate. Y daba mucho miedo, para ser honesto. El primer día fue terrible por los pensamientos: “¿y qué pasará?”, “¿hasta dónde llegará esto?”.

No hubo batallas en Nova Kajovka. El día 12, el “trapo” de los ocupantes se cernía sobre la central hidroeléctrica de la ciudad, dice Stefan. Empezaron a aparecer los primeros videos con los tanques:

— Sacas la cabeza por la ventana y escuchas el ruido de la maquinaria. Y, al parecer, durante dos semanas sin parar a través de la central hidroeléctrica venía la maquinaria.

Según las observaciones personales de Stefan, no había Fuerzas de Defensa Territorial en Nova Kajovka: de hecho, había muchachos dispuestos, pero cuando llegaron al Comisariado Militar, éste resultó cerrado. El hombre habla de sus conocidos: llamaron a todos los policías a las 2 de la mañana antes de la invasión, 2-3 horas antes de las primeras explosiones, los sacaron de la ciudad. Todos también abandonaron la unidad militar. Los primeros “impactos” fueron en hangares vacíos, no había nadie allí.

Los soldados rusos casi nunca caminan por las calles, se mueven principalmente en automóviles. O 5 personas andan con fusiles. El 30 de mayo, los ocupantes cortaron las comunicaciones en la región de Jersón y luego cambiaron el Internet a la red rusa. Actualmente, solo hay proveedores rusos en la región, YouTube y Viber no funcionan sin una VPN.

— La situación es peor en los pueblos. Cuando la gente acude a los voluntarios para que los ayudemos, dicen que la gente de allí se está volviendo loca de hambre. Se hinchan por el hambre. Hay personas que no tienen nada de comida, tal vez ya más de un mes. Hay quienes no se han ido y no pueden irse. No saben que hay evacuaciones gratuitas, que hay tales voluntarios. No pueden acudir a nosotros en busca de ayuda. No tienen comunicación ni posibilidad de venir a Nova Kajovka, porque no hay combustible.

Stefan contó que ahora han aparecido voluntarios que están llevando a personas de la región de Jersón a Zaporiyia. Ya tienen más de diez minibuses. Estos son voluntarios que por su cuenta recaudan fondos para la deportación de los ucranianos. 100 mil grivnas les bastan para transportar personas durante un mes. Transportar a una persona al territorio de Ucrania cuesta cinco mil grivnas. Y así fue desde los primeros días de la invasión.

Sede de voluntarios «Ludanist»

Incluso antes de la invasión, Stefan y sus amigos y colegas acordaron crear un chat informativo: así es como hicieron el “Búnker para Nova Kajovka” cuando comenzó la guerra a gran escala. No había mucha gente allí: sólo los conocidos, amigos y colegas. Y cuando un participante invitaba a alguien más, la nueva persona pasaba por un test: hablaban con ella durante un minuto en ucraniano y luego le preguntaban sobre Nova Kajovka, cosas que solo sabe una persona local.

En este chat se compartió información, se realizaron solicitudes y se ofreció ayuda. Posteriormente, aparecieron conversaciones a parte para los voluntarios que brindan medicamentos y los que se encargan de la alimentación. Así nació la sede de voluntarios de Humanity (en ucraniano: “Ludanist”) en uno de los sótanos de los edificios de la ciudad.

— Teníamos muchas tareas, dormimos de 2 a 3 horas durante dos semanas en ese momento, pero lo logramos y lanzamos este mecanismo de voluntariado.

Además de los organizadores fundadores, el equipo incluía coordinadores, farmacéuticos, mensajeros y SMM managers. Pero 5-6 personas son la columna vertebral principal. En el momento de grabar esta conversación el 13 de junio, no más de 10 voluntarios de esta asociación estaban físicamente presentes en Nova Kajovka. Y en las primeras 2-3 semanas había más de 50 personas en el chat. Podían realizar varias funciones absolutamente gratis, el equipo nunca tomó dinero por lo que hacía.

— Teníamos como meta suministrar medicamentos a la gente, porque empezaron a desaparecer. Había colas enormes en las farmacias. Está claro que no habrá nada nuevo, no habrá entregas de mercancía, y así sigue hasta el día de hoy. Ni una sola furgoneta con medicinas o alimentos entró en Nova Kajovka ni a los pueblos ocupados en general.

Los voluntarios comenzaron a recolectar fondos y comprar medicamentos que estaban en las farmacias. Pero luego tuvimos que importar medicamentos del territorio controlado por Ucrania. El equipo ya ha cerrado más de 1 600 solicitudes (una solicitud puede consistir en varios kits humanitarios, incluso 20). Desde el comienzo de la invasión, unos 8 mil habitantes de Nova Kajovka han recibido ayuda de esta asociación de voluntarios. A veces, recuerda Stefan, se llevaban a cabo “operaciones especiales” completas: los pescadores transportaban medicamentos a través del Dnipó. Pero después de un accidente, fue necesario rechazar tal entrega. Una noche, un pescador trajo la ayuda humanitaria, la dejo en la orilla, se llevó a la gente y, sin el conocimiento de los organizadores, intento transportarlos a la “zona gris”:

"Zona gris"
Territorio neutral a ambos lados de la línea del frente.

— Como conclusión — dos o tres de los nuestros murieron. Después de eso, dejamos de transportar por medio de pescadores, porque voló por todas las noticias. Cómo resultó más tarde, esta no fue la primera vez que perdimos a voluntarios.

Los voluntarios nunca han entregado alimentos, porque es imposible. Los productos se compraban exclusivamente en Nova Kajovka, porque había grandes almacenes y bases mayoristas en la ciudad. Eventualmente, los suministros se agotaron y los ocupantes comenzaron a importar todo de Crimea. La gente se ve obligada a comprar estos productos:

— Los granos aún son nuestros, pero tengo la sospecha de que estos granos primero nos los robaron, los llevaron a Crimea en grandes cantidades, los empaquetaron y los trajeron de vuelta hacia nosotros. Y ahora los estamos comprando. Nos roban, reempacan y revenden. No tienen algo propio de calidad.

La cacería por el «3 en 1»

Lo más aterrador para Stefan durante la ocupación fue darse cuenta de lo que estaba pasando:

— Desde los primeros días, estamos como en un juego. Jugamos de acuerdo con la trama del juego, y la trama con nosotros. Siempre pensé: “tres días más y me iré en paz, me iré a Polonia para continuar mis estudios”. Y “tres días” ya dura el quinto mes.

Cuando comenzó la caza de los periodistas, voluntarios y activistas en Nova Kajovka y otras ciudades temporalmente ocupadas, Stefan comenzó a salir menos a la calle. Incluso en su patio comenzó a aparecer mínimamente. No salía las últimas 3 semanas antes de irse, solo iba a la sede una vez a la semana, cuenta el hombre:

— Empezaron a desaparecer los voluntarios, activistas, periodistas, y yo, de hecho, “3 en 1”, como el café de ATB (cadena popular de supermercados en Ucrania. — Ed.). La culminación fue que cometí un error. Nos llegó ayuda humanitaria, mucha medicina. Salí a recogerla en persona. Allí había una mujer a cargo de los hospitales. Resultó que ella era una colaboradora. Y cuando vinieron a recoger estos medicamentos, ella me vio. Una semana después, la mujer que administra este almacén se encuentra conmigo y me dice: “Stefan, te han delatado. Tengo un video. Grabó todas las conversaciones en un dictáfono o en video. Esa mujer es una colaboradora, vinieron a buscarte”.

Al día siguiente, Stefan se evacuó a través de Crimea. Conducía un automóvil con niños y mujeres. Y una semana después, su familia también se fue. Desde Nova Kajovka hasta Kalanchak había aproximadamente 15 puestos de control, cada 2 kilómetros.

— Primero, eran ocupantes, y mira que hay que buscar unos así. Esos “agujereados” del DNR, vagabundos, para ser honesto. No hay nada más que decir sobre ellos. Cuando ya te estás acercando a Crimea, comienza el ejército ruso. Y cuando conduces, ves un cementerio de equipos, porque en todas partes hay o un avión, o un embudo, o algo más que se está quemando. Cuando llegas a la frontera administrativa, no hay vuelta atrás, y dices: “Está bien, adrenalina, sálvame”. Me hice la idea de que es lo que más o menos tengo que decir. Lo principal es que no soy “pro-ucraniano”, es decir, no revelar mi posición.

En la frontera, todos los hombres son interrogados: miran tu teléfono y preguntan quién eres, qué hiciste, quiénes son tus padres, qué sientes por los “nazis”, los de Azov, si serviste al ejército. Stefan borró todo lo que pudiera causar problemas: fotos, redes sociales, correspondencia e incluso vació la papelera. Pero quedó una conversación con una mujer de Portugal: en ella, el hombre habló sobre su voluntariado y la sede humanitaria. Había una captura de pantalla de la página de Twitter de Stefan, donde estaba escrito “Nova Kajovka es Ucrania”, pero debido a la falta de Internet, la guardia fronteriza rusa no pudo verla. Pero el cuestionamiento no terminó ahí, debido a las actividades del voluntario, comenzaron a hacerle muchas preguntas:

— Tuve que inventarme sobre la marcha que trabajo con la iglesia, no soy el organizador, solo vengo a ayudar. Pero cuando ya olí que huele a quemado, porque él (el guardia fronterizo. — Ed.) debe haber sentido el punto hasta el cual es necesario cavar, comencé a fingir que tengo trastorno bipolar, que necesito beber urgentemente agua. Saco el no-shpa (pastillas para el dolor agudo causado por cólicos o espasmos. — Ed.) y empiezo a hacer un pequeño espectáculo de que necesito agua y él fue agua. Entonces le comí la oreja hablando del urbanismo y de las ciudades. Me empezó a hablar del parque de Krasnodar, o sea, me hice su amigo para cambiar de tema, y ​​tal vez eso me salvó.

Después de cruzar la frontera administrativa, Stefan se sorprendió del tipo de sistema de transporte que se estableció allí: autobuses a Simferopol, países europeos, Georgia. Y el hombre se fue a Georgia. El billete costaba 300 dólares, el trayecto duraba casi un día. La ruta se estableció a través de Rusia: Krasnodar, Beslan y Grozny.

— Da mucho asco ver a Z-s, V-s, da mucho asco estar en ese territorio. Cuando conducía por Crimea, vi que la gente vive un poco mal allí, también se nota por los edificios. Lo que noté es que la gente no sonríe en absoluto. En conclusión, Rusia es únicamente una carretera. Cuando conducíamos, era de buena calidad, y cuando ves que hay un pueblo o una ciudad, la carretera desaparece. Pero la gente, lo que me sorprendió, no siente en absoluto que haya una guerra. Lo primero que ves cuando entras en Crimea desde Ucrania son las pancartas “Putin no empieza la guerra, Putin termina la guerra”, “Por los nuestros, por la verdad”.

Habiendo adquirido tal experiencia, Stefan aconseja a las personas que todavía están bajo la ocupación que crean en la victoria, porque las Fuerzas Armadas de Ucrania ya están cerca y el sur de Ucrania definitivamente será liberado. También pide cuidar la seguridad personal:

— Vaciar el móvil cada vez antes de salir a la calle, cerrar sesión en todos los chats o ir con un teléfono completamente diferente, dejando el principal en casa. Abandonar todos los chats pro-ucranianos, eliminar los mensajes innecesarios. Lo primero que miran es la galería. La galería también debe estar sin equipos, sin explosiones. E inventar leyendas, saber qué decir. Debes abastecerte: agua limpia durante 10 días y agua técnica durante un mes, un cilindro de gas. Si se corta todo — comunicación, gas, luz — para que haya comida y conservas. Esperar y creer, ayudar a los más débiles.

Activistas como Stefan están tratando de popularizar Nova Kajovka y su arquitectura por su cuenta. Tras la victoria ucraniana, el hombre planea volver a la ciudad ya con experiencia y una profesión relacionada con la planificación urbana. Quiere desarrollar la ciudad:

— No puedo abandonar a Nova Kajovka, ella está aquí (señala su corazón. — Ed.). Y es cierto, porque solo cuando dejé Nova Kajovka me di cuenta de qué tipo de lugar es, lo mágico, increíble y, sin exagerar, único que es por la arquitectura. Subestimado.

El material ha sido preparado por

Fundador de Ukraїner:

Bogdán Logvynenko

Autora:

Vladyslava Kritska

Editorial:

Natalia Ponedílok

Corrección del texto:

Olena Logvynenko

Entrevistadora:

Jrystyna Kulakovska

Editor de fotos:

Yurii Stefanyak

Diseño de gráfica,

Autora de la portada:

Anastasiya Khadzhinova

Transcripción:

Anna Lukasévych

Jrystyna Arjytka

Natalia Yarova

Administradora de contenido:

Yana Rusyna

Traducción,

Edición de la traducción:

Svitlana Kazakova

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