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Los crimchacos son un pueblo indígena de Ucrania que se formó en la península de Crimea junto con los tártaros de Crimea y los caraítas. Los crimchacos se distinguen principalmente por su religión: practican el judaísmo ortodoxo con rituales de oración crimchacas. Con el comienzo de la ocupación temporal de Crimea por Rusia en 2014, algunos representantes de la ya pequeña población se vieron obligados a abandonar la península hacia la parte continental de Ucrania, donde continúan conservando sus tradiciones y hablando de ellas.

Esta historia fue escrita antes de la invasión a gran escala.

Todos los días, Vyacheslav Lombroso pone una cafetera turca sobre el fogón, espera a que se caliente y a que la humedad se evapore. Vierte el café y lo remueve constantemente. Después de esperar a que huela ligeramente a café tostado, le añade azúcar. A continuación, echa agua sobre la mezcla y, sin dejar de remover, espera a que el café empiece a subir. Vyacheslav sirve rápidamente la bebida caliente en tazas y comienza su día en Lviv pensando en Simferópol, porque “un crimchaco siempre recuerda que Crimea es su hogar”.

El café preparado según la receta de su abuelo es uno de los recuerdos importantes del crimchaco Vyacheslav Lombroso sobre su hogar natal.

— A mi abuelo le gustaba hacer café. Solía llamarle Yusuf-jan. Jan significa alma. Mi alma. Yusuf – porque su nombre era Yosyp. Teníamos una relación tan cálida. Le echo mucho de menos. Siempre que yo venía, él preguntaba: “¿Quieres un café?”

Cómo la familia crimchaca se mudó de la Crimea ocupada a Lviv

Vyacheslav es de Simferópol (Akmedzhit en tártaro de Crimea). Vivía con sus padres y su hermano en el primer piso de la casa, y sus abuelos en el tercer piso. El abuelo les contaba mucho a sus nietos sobre los crimchacos, les enseñaba sus costumbres y les contaba parábolas crimchacas llamadas maisy. Él y su abuela fueron de los pocos crimchacos locales que lograron sobrevivir al Holocausto.

— Mi abuelo vivía en Bilohirsk (antes Qarasuvbazar) antes de la guerra. Durante la ocupación, escapó milagrosamente con su madre y dos hermanas a través del frente al territorio de Krasnodar, luego al Cáucaso. Y mi abuela vivió en Chechenia, en Grozny, durante la guerra. No regresaron a Simferópil hasta 1962.

Antes de la invasión rusa de Crimea en 2014, Vyacheslav tenía su propia empresa jurídica en Simferópol. Su oficina estaba en las instalaciones de la sociedad cultural y educativa crimchaca “Crimchajlar”, donde fue miembro de la junta directiva durante algún tiempo. Sus clientes eran de diferentes ciudades, por lo que Vyacheslav a veces asistía a audiencias judiciales en Lviv o Kyiv. Cuando la ola de los Euromaidanes (protestas en Ucrania en 2013-2014 contra el régimen de Yanukóvick. — Ed.) se estaba extendiendo por todo el país, el hombre se estaba ocupando de un caso en Lviv. Se cruzó con un cliente muy hospitalario.

— Por las tardes íbamos al Euromaidan, y durante el día iba al juzgado.

En la primavera de 2014, Vyacheslav y su hermano estaban de servicio cerca de las unidades militares en Simferópol y trataron de defenderse de los ataques de hombres que habían llegado en coches con matrícula rusa. En aquel momento, no tenían ni idea de que estos ataques serían el comienzo de la toma de Crimea por parte de Rusia.

A medida que se desarrollaban los acontecimientos en la península, el cliente de Lviv le ofreció a Vyacheslav y su familia marcharse de Crimea y quedarse en su casa en Lviv.

— Cuando salía de la península, vi que un tren con tanques se dirigía hacia Crimea. Y tengo una familia allí, tengo hijos allí. En ese momento tomé la decisión de que me iba.

Los acontecimientos de aquella época determinaron lo que el abogado de Crimea haría en el futuro. Aquellos con los que estuvo a su lado, protegiendo las unidades militares en Crimea, fundaron la ONG Crimean Wave. A ella acudían en busca de ayuda los desplazados internos del Este y de Crimea, al igual que el propio Vyacheslav

Conocido por muchos en Crimea como especialista en derecho mercantil, en Lviv el hombre tuvo que construir su carrera desde cero: establecer contactos y ganarse una reputación.

— Imagínate que te has mudado y necesitas, por ejemplo, preparar borsch. ¿Qué necesitas normalmente para hacerlo? Basta con comprar los ingredientes y cocinar. Pero un desplazado interno, para cocinar borsch, necesita comprar platos, una cacerola, un cucharón, cucharas. Todo desde cero.

De 2015 a 2017, Vyacheslav trabajó en la ONG CrimeaSOS, donde, al igual que en Crimea Wave, brindó asistencia jurídica a desplazados internos. Desde 2018, trabaja en el Ayuntamiento de Lviv en el sector de integridad y prevención de la corrupción, analizando el sistema de gobierno local en busca de la posibilidad de riesgos de corrupción.

Historia del pueblo crimchaco

Según una de las versiones, la historia del pueblo crimchaco comenzó con varias oleadas de migración judía: desde Bizancio, los países del Medio Oriente e incluso el sur de Europa hasta Crimea. Prueba de ello son los nombres y apellidos crimchacos de diversa procedencia: Lombroso y Angelo son italianos; Bakshi, Izmirli — turcos; Gurdji — caucásico, etc. Comenzaron a asentarse en la península de Crimea a partir del siglo XIII.

Según otros datos, el libro de oraciones crimchacas más antiguo data del siglo X, lo que indica que el grupo étnico crimchaco se formó incluso antes del reasentamiento de los judíos en Crimea y probablemente tenga raíces túrquicas.

Kafa (actual Feodosia) se considera el primer centro de los crimchacos en Crimea. En los siglos XIII—XIV fue colonia de la República italiana de Génova. Con la ocupación otomana del territorio sur de Crimea en el siglo XV, los crimchacos tomaron rumbo hacia el norte y comenzaron a asentarse más cerca de los tártaros de Crimea. Karasubazar (ahora Bilohirsk) se convirtió en un nuevo asentamiento de los crimchacos.

En la prensa, y luego en documentos oficiales, la palabra “crimchaco” (en crimchaco: крымчах) apareció por primera vez en el siglo XIX. En aquella época, la comunidad crimchaca se desarrollaba activamente en las ciudades de Crimea. Los crimchacos se dedicaban principalmente a la artesanía, lo que aseguraba el bienestar de sus familias. Sin embargo, el siglo XX fue trágico para los crimchacos, así como para el resto de los pueblos de Crimea.

En la década de 1920, las casas de oración crimchacas (kaalas) se cerraron en Crimea. Debido a la hambruna y los periódicos pogromos, parte de los crimchacos abandonó la península hacia el territorio del actual Israel y, más tarde, hacia EE. UU.

Antes de la Segunda Guerra Mundial, en Crimea vivían aproximadamente 6 mil crimchacos. Después de la captura de la península por parte de los alemanes, casi toda la población crimchaca de Crimea fue fusilada en el otoño de 1941, junto con los judíos que vivían en Crimea en ese momento. Solo alrededor de mil crimchacos pudieron sobrevivir al Holocausto en la península de Crimea.

Antes de la ocupación de Crimea en 2014, Vyacheslav Lombroso y otros crimchacos solían ir cada 11 de diciembre al kilómetro 10 de la autopista Simferópol-Feodosia para honrar la memoria de los crimchacos y los judíos de Crimea que fueron víctimas del Holocausto. En ese día de conmemoración llamado Tkun, los crimchacos leen la tradicional oración Kaddish por los muertos.

— Durante la anterior ocupación de Crimea (la ocupación alemana durante la Segunda Guerra Mundial. — Ed.), muchos crimchacos fueron fusilados en el kilómetro 10 de la autopista de Feodosia. Y no solo allí, pero en ese lugar, sobre todo. Tras la desocupación de Crimea, los propios crimchacos encontraron ese sitio. Reunieron dinero y erigieron allí un memorial. Luego, unas décadas más tarde, allí se erigió todo un monumento conmemorativo, también en la memoria de los judíos que fueron fusilados.

“Judíos de Crimea”: la fe de los crimchacos

Los crimchacos a menudo se perciben como judíos de Crimea porque practican el judaísmo ortodoxo. Sin embargo, los rituales de oración de los crimchacos difieren de las tradiciones de las corrientes judías. Se desarrollaron por separado de las comunidades vecinas y al mismo tiempo interactuaron con ellas, adoptando costumbres de unas y otras.

El rabino crimchaco Doron Hondo, de Simferópol, afirma que la tradición judía de los crimchacos tiene más de 1000 años.

La peculiaridad de la tradición crimchaca es que combina varias tradiciones judías. El ritual de oración de los crimchacos, que todavía practican, se llama “oración según la tradición de Kafa”. Las oraciones se leen en la lengua de las Sagradas Escrituras: el hebreo, excepto una de las oraciones — Kaddish.

Lengua y cultura de los crimchacos

El desarrollo de la lengua y la cultura crimchaca se detuvo no solo por el exterminio de la población crimchaca durante el Holocausto, sino también por la deportación de los tártaros de Crimea en 1944. Formaron el entorno lingüístico para los crimchacos en particular, pero tras la deportación forzada, en Crimea comenzaron a asentar representantes de otras nacionalidades. Para entenderse con sus nuevos vecinos, los crimchacos se comunicaban en ruso. Además, en el pasaporte soviético era posible indicar cualquier nacionalidad, excepto la crimchaca. A lo crimchacos se les registraba o como judíos, o como tártaros de Crimea. Así, la abuela de Vyacheslav Lombroso fue registrada como judía después de la Segunda Guerra Mundial.

— La burocracia soviética procedió de la siguiente manera: “Consideramos que si han estado bajo la ocupación, entonces han sido destruidos. Y si han sido destruidos, entonces los crimchacos ya no existen”.

La política de la Unión Soviética provocó que la generación de Vyacheslav ya no hablara la lengua crimchaca, el chagatai.

El chagatai pertenece al grupo kipchak de lenguas túrquicas. Inicialmente, el alfabeto hebreo antiguo se utilizaba para escribir, lo que puede verse en los antiguos manuscritos crimchacos llamados dzhonkaj. Desde la década de 1920, los textos crimchacos comenzaron a escribirse en latín y, más tarde, en cirílico.

El idioma de crimchacos a veces se considera un etnolecto del idioma tártaro de Crimea debido a la ligera diferencia en el vocabulario y la gramática de ambos idiomas. Sin embargo, el filólogo David Rebi, uno de los últimos hablantes de crimchaco, no lo creía así. Publicó un libro de texto de idioma crimchaco y diccionarios crimchacos.

En la década de 1990, Rebi fundó la Escuela Dominical de Abuelo y Nieto, donde enseñaba el idioma crimchaco a cualquiera que quisiera.

— Por regla general, en nuestra generación, en los años 90, los abuelos todavía recordaban el idioma, pero los padres ya no tanto, y es necesario enseñar a los nietos, y por eso David Rebi tuvo la idea de crear una escuela de este tipo, donde la gente se sienta detrás de los pupitres, tanto los niños como sus abuelos. Y enseñaba allí.

Los crimchacos no solo practicaban allí su idioma. El objetivo principal fue un encuentro de generaciones, donde familiares y amigos discutieron temas comunes.

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Crimchacos familia
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Crimchacos familia scaled

Las relaciones en una familia crimchaca tienen ciertas reglas basadas en el respeto mutuo, independientemente de la edad del miembro de la familia. Incluso hay un dicho común en la comunidad: “El agua para el niño y la palabra para el viejo”. Esto significa que, a la hora de distribuir los recursos, el niño es siempre prioritario, y a la hora de tomar decisiones, el familiar de mayor edad tiene la última palabra.

El deseo del abuelo de preservar la identidad crimchaca y transmitirla a las generaciones futuras se ha hecho realidad. Vyacheslav, que ya tiene sus propios hijos, continúa su labor.

— Poco a poco, les explico a mis hijos de tal forma, para que la palabra “crimchacos” cargue de cierto significado para ellos. Al menos conocen esta palabra y saben que los crimchacos — son ellos.

Tradiciones culinarias de Crimea y de los crimchacos

En 1990 se publicó, a petición y expensas de la Sociedad “Crimchajlar”, un único libro sobre la cocina crimchaca, que recopila tradicionales y modernas recetas. La cocina crimchaca tiene mucho en común con la cocina tártara de Crimea y caraíta. Estos pueblos se lo pasan bien discutiendo entre ellos sobre de quién son realmente los platos. Un lugar importante en la cocina crimchaca lo ocupa el hojaldre, con el que se prepara el plato más común de las fiestas familiares y nacionales: un pastel cerrado, llamado kubete.

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Gastronomía de Crimea
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Gastronomía de Crimea

— Coges cordero, lo cortas en trozos, luego picas la cebolla, las patatas y las hierbas. A continuación, tomas la masa de hojaldre y haces una pizza cerrada con ella. Masa abajo, masa arriba. Y dentro las patatas, la cebolla, las verduras, la carne y las hierbas. Se hace un agujero en el centro del pastel. En un momento dado, hay que verter agua en este agujero para que el relleno no se seque, sino que se cueza un poco.

Los crimchacos también hacen del hojaldre choche — empanadas con diversos rellenos salados y dulces, también llamadas empanadas caraítas.

Entre los platos cotidianos figuran las gachas kulaj y suzme. Ambos son muy similares a pequeñas bolas de masa hervida con carne, llamadas en Ucrania pelmeni. El primer plato se condimenta con salsa de tomate, y para el segundo se prepara una salsa de nueces llamada alyede.

Entre los sabores crimchacos Vyacheslav Lombroso tiene un favorito:

— Echo mucho de menos el sabor de mi infancia: cuando te comes el cordero, las manos te huelen a cordero durante el resto del día.

Incluso a mil kilómetros de Crimea, Vyacheslav intenta rodearse a sí mismo y a su familia de olores y sabores familiares. En casa, en la festividad Kurban Bayramı, el hombre cuenta, que los tártaros de Crimea siempre compartían carne de cordero con los crimchacos. Estos les daban las gracias con pan ácimo llamado matzá, en la Pascua judía o Pésaj. Los amigos tártaros de Crimea no renuncian a sus tradiciones y cada año traen carne fresca para Vyacheslav, solo que esta vez a su apartamento de Lviv.

A veces, el hombre visita establecimientos de cocina tártara de Crimea en Lviv, donde puede pedir que le preparen platos nacionales “como en casa”. Nunca se lo niegan.

Cómo los crimchacos le cuentan al mundo sobre sí mismos

Vyacheslav Lombroso considera que su tarea principal es hablar sobre su pueblo. En su opinión, los crimchacos necesitan una estrategia clara para preservar su patrimonio cultural y una comunicación constante con la población.

— Si tendremos falta de información, entonces esa información será utilizada por ya sabéis quien. Por lo tanto, nuestra tarea es lograr que los principales acontecimientos relacionados con el pueblo crimchaco, las principales figuras y, en general, la información sobre cómo trabajan para preservar su patrimonio cultural salga de primera boca.

Vyacheslav coopera con la Fundación para la Investigación y el Apoyo de los Pueblos Indígenas de Crimea, una ONG internacional que protege los derechos de los pueblos de Crimea, incluidos los crimchacos. Cada año, la fundación envía a representantes de los pueblos indígenas de Crimea a Ginebra o Nueva York para asistir a diversos eventos internacionales. En 2018, Vyacheslav también realizó unas prácticas en Ginebra, donde aprendió a crear informes paralelos sobre la protección de los derechos de los pueblos indígenas. Además de los viajes puntuales al extranjero, el hombre realiza una importante tarea en su patria.

— Recopiló información de Crimea y trato de transmitirla de algún modo a los servicios estatales de etnopolítica de aquí. En diversas conferencias, si es posible, hablo en las mesas redondas para aumentar la información sobre los crimchacos.

En esta labor cuenta con la gran ayuda de la sociedad cultural y educativa de Crimea “Crimchajlar”. Desde su fundación en 1982 en Simferópol (en la calle Krylova), han tenido lugar significativos acontecimientos para la comunidad de los crimchacos: la publicación de un almanaque sobre la historia, la vida y las tradiciones de los crimchacos, la apertura del Museo Histórico y Etnográfico del Pueblo Crimchaco, reuniones periódicas, el intercambio de experiencias y recuerdos entre el pueblo crimchaco de Ucrania, Estados Unidos, Israel y otros países.

Después del comienzo de la invasión rusa a gran escala de Ucrania, los crimchacos, junto con el resto de los ucranianos, resisten a los invasores y esperan la desocupación de su Crimea natal.

El material ha sido preparado por

Fundador de Ukraїner:

Bogdán Logvynenko

Gestora de proyectos:

Uliana Hentosh

Autora:

Dasha Titárova

Jefa de redacción en ucraniano:

Yevgenia Sapóshnykova

Productora:

Karina Piliúgina

Fotos:

Iryna Gromotska

Cámara:

Nazar Nazaruk

Yaroslav Ilchyshin

Cámara:

Ksenia Chikunova

Dirección,

Director de montaje:

Mykola Nosok

Editora de fotos:

Kateryna Akvarelna

Transcripción:

Anna Lukasévych

Yulia Kostenko

María Petrenko

Diana Stukán

Entrevistador:

Oleksiy Oliyar

Administradora de contenido:

Yulia Pelypenko

Traducción:

Natalia Komar

Edición de la traducción:

Svitlana Kazakova

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