Rusia siempre intentó influir en el mundo y promover sus narrativas imperialistas: “Occidente debe respetar a la Federación Rusa”, “la UE no sobrevivirá sin Rusia”, “las sanciones no perjudican a Moscú, al contrario, las hacen más fuerte”. Cada una de estas tesis se promueve gracias a soft power o el poder blando — un instrumento utilizado para influir a través de la cultura y las narrativas en contraposición a la presión militar o económica.
Aprimera vista, es una cosa completamente inocente, pero Rusia ha conseguido hacer tóxica la “blandura” promoviendo pensamientos que les benefician. El Kremlin también chantajea, provoca, soborna y actúa discretamente para que no todo el mundo se dé cuenta de que sus intenciones están detrás de estas narrativas. Otra influencia importante del país agresor son los vectores energéticos. Porque podemos ver cómo, debido a la dependencia del gas ruso, algunos países no apoyan las sanciones contra Rusia u optan por la neutralidad.
Lee aquí la primera parte del material sobre la influencia de Rusia en Bielorrusia, Ucrania, Georgia, Kazajistán, Alemania y Francia. La segunda parte está dedicada a Turquía, Rumanía, Moldavia y Bulgaria.
Bulgaria
Vías de influencia:
Bulgaria formaba parte del Pacto de Varsovia, una alianza militar liderada por la URSS que se convirtió en una especie de respuesta a la OTAN. El Pacto colapsó en 1991.
Tras el colapso de la Unión Soviética, Rusia no iba a soltar a Bulgaria, el Kremlin reforzaba activamente su influencia en los países de Europa del Este.
La Federación Rusa consiguió ciertos resultados, sobre todo gracias a los instrumentos económicos de influencia, especialmente en el sector energético. Además, Rusia utilizó la red de contactos personales y agencias heredada, que se formó durante la Unión Soviética y se amplió después de 1989, cuando Bulgaria inició el proceso de democratización.
Rusia se esfuerza por reforzar el sentimiento del país contra la OTAN difundiendo la narrativa de que “la OTAN está militarizando el mar Negro”.
Resultado de influencia:
Rusia ocupa una posición de liderazgo en el sector económico del país.
Según los datos de OEC (Observatorio de Complejidad Económica), en 2020, las exportaciones de Rusia a Bulgaria ascendieron a 2 150 millones de dólares. Y en noviembre de 2022, el viceprimer ministro para cuestiones de la política económica de Bulgaria, Hristo Alekseev, anunció un acuerdo con la empresa rusa “Lukoil” para eludir el embargo: Bulgaria suministrará productos petrolíferos de la Federación Rusa a la Unión Europea. Este acuerdo aportará 350 millones de euros al presupuesto estatal del país.
Hasta abril de 2022, “Gazprom” era el único proveedor de gas natural al país. Además, la corporación estatal rusa “Rosatom” y sus filiales dominan en el sector de energía nuclear; por ejemplo, TVEL, productora rusa de combustible nuclear, suministra a todas las centrales nucleares del país, y la petrolera privada “Lukoil”, también rusa, controla la única refinería búlgara.
Rusia utiliza su influencia económica para apoyar a los empresarios locales vinculados al Kremlin y promociona sus intereses en las instituciones gubernamentales del país.
En 2014, el parlamento búlgaro apoyó la ejecución del megaproyecto “South Stream”. Se suponía que iba a ser un sistema de gasoductos que conectaría Novorosíisk y la ciudad búlgara Varna, así como las ciudades italianas y austriacas. Tras el inicio de la guerra ruso-ucraniana en 2014 y la ocupación de Crimea, los políticos europeos finalmente abandonaron este proyecto.
Bulgaria se convirtió en miembro de la OTAN en 2004, junto a muchos otros países: Estonia, Letonia, Lituania, Rumanía, Eslovaquia y Eslovenia. Esta fue la mayor expansión de la alianza en un año. Sin embargo, ahora los sentimientos anti-OTAN de los búlgaros se vuelven cada vez más notables. En un nuevo estudio de GLOBSEC para 2022 se dice que el 38% de la población quiere abandonar la OTAN, y el 50% votarían a favor de quedarse — menor que en 2021, cuando 54% estuvo a favor de la membresía en la alianza, y 27% estuvo en contra.
El estudio también muestra que el 50% de la población búlgara llamó a Rusia país agresor que inició la guerra contra Ucrania. Un porcentaje tan bajo puede depender de la propaganda rusa que promueve la tesis de que “Ucrania es una marioneta del Occidente”, ya que el 11% de los búlgaros está de acuerdo con esta desinformación del Kremlin.
Además, la activa propaganda rusa influyó en la imagen de Volodymyr Zelénskiy en el país. En general, según GLOBSEC, sólo el 50% de los búlgaros aprueban al presidente de Ucrania. Sin embargo, los búlgaros han cambiado su opinión sobre el presidente ruso. El 29% aprueba a Putin, en 2021 el apoyó al dictador era mucho mayor — un 70 %
En julio de 2022,la portavoz del gobierno búlgaro, la jefa de gabinete del primer ministro Lena Borislávova, declaró que Rusia paga a los periodistas y políticos locales cada mes para que difundan propaganda.
Rusia utiliza activamente a sus agentes de influencia en el país. El partido nacionalista prorruso “Vazrazhdane” (“Renacimiento”) divulga noticias falsas sobre los refugiados ucranianos. Estos materiales dicen que el estado y la UE, en lugar de preocuparse por los búlgaros, centran su atención en los ucranianos. Este partido cuenta con el apoyo de alrededor del 10% de los votantes.
Bulgaria ocupa el último lugar de la UE en la clasificación del “Índice de percepción de la corrupción”. Así lo afirma el estudio anual de Transparency International para 2021. En la escala de la Asociación, 0 es el nivel más alto de corrupción, mientras que 100 es el más bajo. En Bulgaria, este indicador es de 42.
Se puede observar que la influencia de Rusia aumenta el nivel de corrupción en el país. Por ejemplo, antes de Bulgaria están Hungría (43), Rumanía (45), Croacia (47) y Grecia (49). Este año, los países de la UE menos corruptos son Dinamarca (88), Finlandia (88), Suecia (85) y los Países Bajos (82).
El primer ministro de Bulgaria, Kiril Petkov, enfatizó que el hecho de que el país no haya podido deshacerse de la corrupción durante los últimos 15 años en la Unión Europea está relacionado con la influencia de Rusia, porque la corrupción es la mejor herramienta de política exterior de Moscú en los Balcanes. Garantizar un alto nivel de corrupción crea un ámbito para la actividad efectiva de los agentes rusos.
Y a principios de marzo de 2022, la contrainteligencia búlgara identificó a un general de la reserva que espiaba para el Kremlin. En respuesta, dos diplomáticos rusos fueron expulsados del país. Posteriormente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Bulgaria declaró persona non grata a 10 diplomáticos rusos. En junio de 2022, otros 70 espías del Kremlin que trabajaban en la embajada rusa fueron expulsados de Bulgaria.
Rumanía
Vías de influencia:
El principal objetivo de Rusia en Rumanía es debilitar la posición del país como líder de la OTAN y de la política de la UE en la región del mar Negro. El Kremlin intenta socavar la unidad de la sociedad rumana mediante operaciones de información. Además, la Federación Rusa intenta impedir el fortalecimiento de los lazos entre Rumania y Moldavia. Esto se debe a que, en caso de agresión rusa, Chisinau se dirigirá a Bucarest en busca de ayuda.
Resultado de influencia:
Las narrativas del Kremlin se difundieron en el país a través de los medios de comunicación. La transmisión del canal de televisión ruso “Russia Today” en Rumanía no se prohibió hasta principios de marzo de 2022.
La conciencia colectiva de los rumanos no percibe muy bien a Rusia. Esto se debe tanto al pasado, cuando la Unión Soviética ocupó el país (1944—1958), como a la agresión rusa en las vecinas Moldavia y Ucrania. El gobierno del país condenó la invasión a gran escala de la Federación Rusa en el territorio de Ucrania.
Además, Rumania fue el primero de los estados miembros de la UE en ratificar el acuerdo de asociación entre Ucrania y la UE. Este acuerdo se firmó el 21 de marzo de 2014 y se ratificó en septiembre del mismo año. Este documento se convirtió en el punto de no retorno para Ucrania, ya que en noviembre de 2013 el gobierno presidido por Azárov suspendió el proceso de preparación para la asociación. Esta decisión provocó protestas masivas que desembocaron en la Revolución de la Dignidad. Ya en 2014, Rumania exigió activamente el fortalecimiento de las sanciones contra el Kremlin.
Pero, ¿cómo se filtra la desinformación rusa en la sociedad del país? Así lo explicó el experto local en desinformación, Nicolae Tibrigan, quien aseguró que Rusia utiliza la emotividad en su propaganda, lo que puede atraer la atención y la confianza de la gente.
Según él, la propaganda rusa en Rumania es muy diversa, concierne al sector militar, a la esfera de seguridad, a la política exterior, y también sirve para empeorar las relaciones rumano-ucranianas.
El hecho de que la propaganda del Kremlin tiene su influencia en Rumanía puede evidenciarse en la misma encuesta de GLOBSEC para 2022. El apoyo a la orientación geopolítica occidental ha disminuido significativamente en el país durante el último año. Si en 2021 esta cifra era del 43%, actualmente es del 27%. No obstante, la mayoría de los rumanos están convencidos de que su país debe permanecer en la UE, aunque el 21% no lo apoye. Y solo el 58% de la población ve un peligro en Rusia, y el 26% cree que la Federación Rusa fue provocada por Occidente. Además, el 25% de los encuestados está convencido de que Ucrania es una marioneta de Occidente, y el 9% votó a favor de que los territorios de Ucrania pertenezcan a Rusia.
Los medios de comunicación rusos también intentaron promover la campaña para que Rumanía abandonara la UE en 2018. Por aquel entonces, Daniel Dragomir, el excoronel del Servicio de Inteligencia del país, fundó un movimiento nacionalista llamado “Rumania 3.0” y declaró la necesidad de salir de la Unión Europea. Mientras tanto, los medios locales aportaron pruebas de que las declaraciones del exfuncionario fueron propaganda del Kremlin.
La influencia de Rusia en el país también aumentó debido a la presencia de diplomáticos del Kremlin. En febrero de 2022, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumanía reaccionó a una declaración del embajador ruso Valériy Kuzmín durante una rueda de prensa con motivo del Día del Trabajador Diplomático. Señalan que supuestamente declaró que las fuerzas adicionales de la OTAN en Rumanía (en particular, la base antimisiles en Deveselu) solo crean tensión innecesaria. Y esta es una tesis que apoya plenamente los intereses de Rusia, donde en 2016 declararon que la defensa antimisiles en Rumania es parte de la “disuasión político-militar” de la Federación Rusa.
En abril de 2022, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rumania retiró al embajador ruso e informó que 10 empleados de la embajada rusa en Bucarest eran personas non grata, alegando que sus actividades contradecían la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas.
Moldavia
Vías de influencia:
Moldavia, al igual que Ucrania, se convirtió en objeto de la agresión rusa tras el colapso de la URSS. Sin embargo, la lejanía geográfica y la influencia de Rumanía contribuyeron a la integración del país en Occidente, por lo que la entidad separatista artificial en el territorio del país es uno de los factores importantes para preservar la influencia del Kremlin.
La presencia de las tropas rusas en Transnistria no es el único método de promover la narrativa del Kremlin en el país. Moldavia depende del suministro energético ruso. Además, el parlamento del país en 2016—2020 mantuvo una posición política prorrusa y destructiva.
Resultado de influencia:
Han pasado ya 30 años desde que terminó la fase caliente de la guerra por Transnistria. El 14º ejército de Rusia desempeñó un papel decisivo en este conflicto. Tras el colapso de la Unión Soviética, este ejército bombardeaba las posiciones moldavas, pero como parte de las Fuerzas Armadas de Rusia. Después de la intervención de los militares del Kremlin, las autoridades moldavas se vieron obligadas a acordar una tregua. El país mantiene lazos económicos y sociales con Transnistria, además de negociar con sus dirigentes. El parlamento de Moldavia concedió autonomía a la región y reconoció a su Consejo Supremo.
La política de Chisinau hacia los territorios ocupados difiere significativamente de la ucraniana. Moldavia aceptó entablar negociaciones directas con Tiraspol (capital de la entidad separatista) tras el final de la fase caliente del conflicto, por lo que Rusia se convirtió no sólo en participante de la guerra, sino en mediadora. Por ello, muchos moldavos no perciben a Rusia como un agresor.
La influencia rusa también fue notable en la vida política del país.
Igor Dodon, expresidente de Moldavia (2016—2020), conocido por sus estrechos vínculos con el Kremlin. A principios de 2018, el Tribunal Constitucional suspendió temporalmente los poderes de Dodon como presidente por negarse a firmar la ley de lucha contra la propaganda rusa. Sus funciones fueron transferidas al presidente del parlamento, Andrian Candu. Así que fue él quien firmó esta ley en lugar del presidente en enero de 2018. Prohibió la retransmisión de noticias y programas informativos-analíticos rusos en el país. Ese mismo año, el Tribunal Constitucional derogó la ley sobre el estatus del ruso como lengua de importancia internacional.
Pero Igor Dodon siguió luchando por el poder e intentó ser reelegido para un segundo mandato. Por ejemplo, a finales de 2020, antes de la inauguración de Maia Sandu, actual presidenta de Moldavia, el parlamento aprobó una serie de leyes.
Uno de ellos levantó las restricciones a la propaganda rusa en Moldavia. El parlamento anuló la prohibición de emitir noticias y programas políticos rusos en el país, además de restablecer el estatus oficial de la lengua rusa.
El propio Dodon visitaba Moscú con regularidad y entabló relaciones amistosas con el Kremlin. Sin embargo, recalcó constantemente que Moldavia busca el acercamiento a la Unión Europea. Pero en realidad, Dodon pretendía restablecer la amistad con Moscú y las relaciones de buena vecindad con Rumanía y Ucrania. Aunque en 2016 calificó Crimea como “territorio ruso”.
Moldavia depende del Kremlin para obtener recursos energéticos, de ahí el temor a apoyar las sanciones contra Rusia en respuesta a la invasión a gran escala de Ucrania. En 2021, Rusia llegó a ofrecer a Moldavia un descuento en el precio del gas a cambio de debilitar su integración en la UE.
Solamente en junio de 2022, Moldavia prohibió oficialmente la emisión de todos los programas informativos rusos. La propaganda del Kremlin se difundía intensamente a través de diversas fuentes de información del país. Además, algunos holdings de medios de comunicación rusos tenían sus representantes en Moldavia.
Otra particularidad son los grupos políticos prorrusos que son propietarios de medios de comunicación. Por ejemplo, el país aún cuenta con un portal de Internet relacionado con el Partido Socialista de Moldavia (PSRM), representado anteriormente por el expresidente Igor Dodon: Actualitati.md.
La página web está en ruso. En ella se pueden ver muchas noticias con comentarios de Dodon, en los que pide a Moldavia que coopere con Rusia, críticas a la presidenta Maia Sandu y narrativas de que la UE no hará nada por Moldavia.
El portal de la autonomía gagauz Gagauzinfo.md también difunde potentes mensajes prorrusos. Por ejemplo, el periodista decidió preguntar a los ciudadanos si estaban preparados para una guerra con Rusia. Los encuestados no creen en una invasión a gran escala de la Federación Rusa en el territorio de su estado y afirman que no irán a la guerra contra las tropas del Kremlin.
Turquía
Vías de influencia:
Turquía intenta sentarse en dos sillas al mismo tiempo: su política la llaman “balanceo”. Después de todo, el país apoya la integridad de Ucrania, sigue proporcionando importantes equipamientos militares y los dirigentes de Ankara desempeñaron un papel clave durante el desbloqueo de la exportación del grano ucraniano. Al mismo tiempo, Turquía no se ha sumado a las sanciones contra Rusia ni va a hacerlo.
Turquía depende de los vectores energéticos rusos, no menos que los países de la UE. Ankara recibe de la Federación Rusa el 45% del gas que consume, el 40% de la gasolina y el 17% del petróleo crudo. La empresa rusa “Rosatom” está construyendo aquí una central nuclear que debería empezar a funcionar en 2023.
Resultado de influencia:
En lugar de buscar nuevos proveedores de energía, el presidente Erdogan está aumentando la cooperación con el Kremlin. De repente, 5 bancos locales aceptaron pagar el gas en rublos rusos.
El país prosigue la construcción de una gran central nuclear “Akkuyu”, que puede proporcionar el 10% de la demanda de energía eléctrica de Turquía. Esta es otra de las razones por las que Erdogan no tiene previsto imponer sanciones contra la Federación Rusa, ya que la central está siendo construida por la empresa rusa “Rosatom”, y la propia instalación funcionará con los equipos del país agresor. Después de todo, es poco probable que su construcción continúe si Ankara se manifiesta en contra de Moscú.
Turquía mantiene estrechos vínculos económicos con Rusia. Tras las sanciones a gran escala impuestas a Rusia en 2022, las exportaciones turcas a este país aumentaron un 75%. Y será bastante difícil encontrar un sustituto para el mercado ruso sin el apoyo de los países occidentales.
Los empresarios rusos aprovechan las inversiones en Turquía, ya que las autoridades del país no prevén detenciones de los activos rusos. Los yates de los oligarcas sancionados también pueden navegar en sus aguas, y el espacio aéreo turco está abierto a la aviación rusa.
Aquí también estuvo implicada la propaganda rusa. En particular, la desinformación del Kremlin encontró un terreno fértil desde 2014, cuando Rusia ocupó Crimea e invadió el este de Ucrania. Las principales publicaciones que promueven las narrativas del Kremlin son Sol, Aydınlık, Oda TV y Birgün. Estos medios presentan la versión rusa de los acontecimientos en Ucrania.
Esta postura diferente del país se refleja también en el estado de ánimo de la población, pues según una encuesta realizada en 2022 por la Universidad Kadis Has de Estambul, el 52% de los turcos cree que Turquía debe permanecer neutral en la guerra ruso-ucraniana. Los expertos creen que la imagen de Ucrania sigue siendo borrosa para Turquía, ya que el país carece de conocimientos sobre la historia y la modernidad de Ucrania, lo que ayuda a difundir narrativas sobre la “manipulación occidental” y los “nazis en Donbás”